Siempre te juraste no ser un padre controlador, prometiste no espiar a tus hijos, te marcaste como objetivo educarles para que fueran adultos cabales y responsables y sin embargo, de repente, un día te ves espiando los perfiles sociales de tu hijo preadolescente… ¿Qué te ha pasado?

Para colmo de males, cometes un error imperdonable. Comentas en su muro en tono informal, así como quien no quiere la cosa, algo sobre una camiseta con la que sale en una de las fotos que ha subido (tienes claro que tú no se la has comprado) y es aquí cuando tu hijito del alma estalla hecho un cavernícola y empieza a acusarte de espiarle, de desconfiar de él y avergonzarle públicamente delante de sus amigotes… Mamá espiando

¿Te preocupa la actividad de tus hijos en Internet?

Que te preocupes entra dentro de lo normal. No te tortures, que aunque tu retoño así lo piense y te lo recuerde constantemente, no te has vuelto un ser abominable de repente. Por mucho que confíes en tus hijos hay edades en las que es conveniente estar muy encima de ellos. Ahora bien, ¿cómo podemos hacerlo sin que parezca que desconfiamos o interferimos en exceso en su privacidad?

Ante todo siéntate con tu hijo y hazle saber la primera condición que hay en su casa para usar Tuenti es que tú seas uno de sus “amigos”. Esta conversación debe tener como objetivo que él entienda lo importante que es para ti ir de frente y ser honesto, justamente todo lo contrario a sentirse espiado. Salvo que su relación con su hijo sea muy especial, en ningún caso comente sus fotos o actualizaciones de estado. No le haga sentir vergüenza, a estas edades estas cosas pueden terminar siendo dramáticas.

Privacidad

Siéntate con tu hijo y revisa con él su perfil y la configuración de sus reglas de privacidad (esto último no es tarea sencilla, ya que suelen cambiar a menudo y son relativamente complejas de entender. Hay mucha información al respecto en la web, infórmate antes si no te sientes del todo seguro).

Enséñale a pensar de la misma forma que lo haría un supuesto acosador. Los adolescentes crean perfiles web para expresarse. Necesitan entender sus propias identidades, y contárselo a los demás. Es parte del crecimiento. Pero en el ciberespacio, puede ser peligroso. Así que hágale ver detalles que pueden hacer excesivamente sencillo a una persona con malas intenciones ubicarle física y geográficamente.

¿Qué tipo de padre eres?

Es mucho más sencillo ser “permisivos”, “tolerantes” y “abiertos” si estamos seguros de que nuestros, por mucho que nos pese, ya-no-tan-niños, conocen los peligros que las redes sociales implican. Y por supuesto nadie mejor que nosotros mismos para enseñarles a madurar. Exijámosles que se comporten con madurez, pero ejerzamos de adultos responsables, lideremos con el ejemplo!